INCLUSIÓN
por Cada 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional de las Lenguas de Señas, una fecha que busca promover la visibilidad y el respeto por los derechos de las personas sordas en todo el mundo.
En Argentina, la situación de las personas sordas sigue siendo un tema delicado. A pesar de los avances en la concienciación sobre sus derechos, muchos todavía enfrentan barreras significativas. La falta de intérpretes en espacios esenciales, como hospitales, escuelas y lugares de trabajo, limita el acceso a servicios básicos y afecta su calidad de vida. Esta realidad es especialmente preocupante en comunidades donde la lengua de señas no está integrada en la educación formal, lo que perpetúa la exclusión y el aislamiento.
La lengua de señas, que varía de una región a otra, no solo es un medio de comunicación, sino también un vehículo cultural que refleja la identidad de las personas sordas. Sin embargo, su reconocimiento y uso en la sociedad aún son insuficientes. En muchos casos, las personas sordas se ven obligadas a depender de familiares o amigos para acceder a información vital, lo que puede resultar en malentendidos y situaciones de vulnerabilidad.
Organizaciones y activistas en todo el país están trabajando para cambiar esta realidad. Se están llevando a cabo campañas de sensibilización y formación para fomentar la inclusión de la lengua de señas en diversas áreas, desde la educación hasta el ámbito laboral. Estas iniciativas buscan no solo educar a la sociedad en general, sino también empoderar a las personas sordas para que puedan exigir sus derechos y participar plenamente en la vida comunitaria.
El Día Internacional de las Lenguas de Señas es, por lo tanto, una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las personas sordas y la necesidad de un enfoque más inclusivo. Las políticas públicas deben garantizar la capacitación de intérpretes y la integración de la lengua de señas en todos los niveles educativos. Además, es crucial fomentar espacios donde la lengua de señas sea valorada y utilizada, promoviendo así una sociedad más equitativa y justa.
A medida que la sociedad avanza hacia una mayor inclusión, es vital que todos los sectores, desde el educativo hasta el gubernamental, trabajen en conjunto para derribar las barreras que enfrentan las personas sordas. La lengua de señas no solo debe ser reconocida, sino también celebrada como parte integral de la diversidad cultural de nuestro país.
