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"Soy un violador", afirmó el acusado de drogar a su esposa para que sea abusada

Durante casi una década, Dominique Pelicot entregó y filmó a su esposa a cambio de dinero. Los detalles.
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Somos Jujuy 17-09-2024
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Dominique Pelicot, de 71 años, se encuentra en el centro de un juicio en Aviñón, Francia, acusado de drogar a su exesposa, Gisèle Pelicot, para facilitar su abuso sexual por parte de numerosos hombres. Durante la audiencia, Pelicot sorprendió al tribunal al declararse "un violador" y expresar su arrepentimiento por el sufrimiento infligido a Gisèle, quien fue víctima de esta situación durante casi una década.

En su declaración, Pelicot aseguró que Gisèle "no merecía" el tormento que vivió entre 2011 y 2020. "Soy un violador, como todos los que están en esta sala. Lo sabían todos, no pueden decir lo contrario", afirmó, refiriéndose a los 50 coacusados presentes, algunos de los cuales mostraron su desaprobación ante sus palabras.

Gisèle, quien confió plenamente en su esposo durante 50 años, relató su dolor y traición: "Nunca dudé de este hombre. Habría puesto mi vida en sus manos". Su testimonio resalta la complejidad emocional de la situación, ya que el amor que sentía por Pelicot se tornó en una pesadilla.

En un momento conmovedor, Pelicot pidió perdón a Gisèle y a su familia, reconociendo su culpabilidad. "Soy culpable de lo que hice. Pido disculpas aunque no sea suficiente", confesó, mientras la mirada de Gisèle lo atravesaba en el tribunal. "Ella era maravillosa, la amé 40 años y la amé mal 10 años. Nunca debí hacer eso. Lo arruiné todo. Perdí todo. Debo pagar por ello", agregó.
Al inicio, habló de su infancia y de dos eventos traumáticos que asegura haber sufrido: una violación por un enfermero a los 9 años y haber participado en la violación en grupo de una mujer con discapacidad, a los 14.

El juicio, que ha captado la atención mediática, pone de relieve la problemática de la sumisión química en Francia, un fenómeno que ha reavivado el debate sobre el consentimiento en las relaciones sexuales. Durante el proceso, se reveló que Pelicot documentaba las agresiones en su computadora, lo que ha generado aún más indignación. "Una parte por placer", pero aseguró, ante la atónita mirada de los coacusados presentes, que era también "una medida de garantía" para "encontrar a quienes participaron en todo esto".

Algunos de los coacusados argumentan que desconocían que Gisèle estaba siendo drogada y pensaban que se trataba de una relación consensuada. Sin embargo, Pelicot insistió en que todos los presentes estaban al tanto de la situación.

La conmoción en torno a este caso ha movilizado a miles de personas en Francia, quienes salieron a las calles con el lema "todas somos Gisèle", demandando justicia y un cambio en las políticas sobre agresiones sexuales. Este juicio no solo busca castigar a los culpables, sino también abrir un diálogo sobre la protección de las víctimas y la necesidad de reformar las leyes relacionadas con el consentimiento y la violencia de género.