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ECONOMÍA

Qué va a pasar con el dólar: lo que espera el mercado tras las primeras medidas del nuevo Gobierno

El ministro de Economía Luis Caputo armó un esquema para que entren divisas de exportadores a las reservas del BCRA en el cortísimo plazo.
Dólares y pesos argentinos
Somos Jujuy 16-12-2023
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Un dólar oficial que avanza desde el jueves último a un ritmo menor el de la tasa de interés equivalente diaria y está bien por debajo de la inflación. Esa es la expectativa que, tras conocerse las primeras medidas del ministro de Economía, Luis Caputo, empieza a cristalizarse en el mercado para el cortísimo plazo. El más largo en el que pueden proyectar los operadores locales es más incierto.

La suba del dólar de $366 a $800 que anunció el titular de Hacienda superó las previsiones con las que los operadores trabajaban una semana atrás, antes de que Javier Milei asumiera la presidencia de la nación.

Si los números del mercado de dólar futuro mostraban que se apostaba por un dólar oficial entre $650 y $750, los anuncios hechos el martes mostraron que el nuevo gobierno quería darse margen por encima de esos cálculos. Quedó por arriba y achicó la brecha con los alternativos a la zona de 20 por ciento.

Ahora, el reacomodamiento de las apuestas -todavía marginales, se va a conocer luego del vencimiento del contrato de diciembre- muestra que por ahora los operadores creyeron en el primer planteo de Luis Caputo de dar paso a una suba gradual del 2% mensual (crawling peg). Al menos, por ahora.

"El contrato de diciembre cotiza algunos pesos por arriba de lo que debería valer a fin de mes a este ritmo de crawling del 2% mensual, pero tampoco mucho. Y después de ahí en adelante en precios se lee un crawling de entre 8% y 10% mensual para los próximos cuatro a cinco vencimientos", dijo Martin Przybylski de Consultatio Asset Management.

Con esos valores, dólar a fines de enero en $881 y a fines de febrero en $962 los contratos muestran un billete algo más caro que el que se deduciría de subir 2% mensual al tipo de cambio. Pero, dentro de todo, en línea con la promesa oficial. Por ahora, le creen.

ACOMODAMIENTO INICIAL

Las dudas, desde el punto de vista de los operadores, es cuánto tiempo dura. Tanto el Banco Central como Economía explican que se buscó un overshooting (una suba mayor a lo que podría considerarse de equilibrio) con la idea de dar margen a que, en los próximos meses, el dólar se atrase frente a una inflación que ya se estima al rango de 20% mensual.

"Por un buen rato", dicen en el Banco Central cuando se les pregunta cuánto va a durar esta tasa en pesos por encima de la tasa de devaluación. Pero según la mayor parte de los cálculos de operadores, ese buen rato no quiere decir mucho tiempo.

"El salto discreto a $800 con crawling anunciado de 2% mensual parece extremadamente voluntarista, excepto que se trate de una medida muy temporaria. Ya a fines de diciembre, considerando la inflación esperada, el valor equivalente de los $800 del miércoles último será cercano a $700. Y a fin de enero $600 con el crawling del 2%", estimó un informe de Aurum Valores.

Es decir, ya el mes que viene el dólar oficial mayorista que fija el BCRA camino a $881 que marcan los futuros valdría -descontada la inflación- lo mismo que en la zona de $650 que sostenía el ex ministro de Economía, Sergio Massa, hasta el cambio de gobierno (mediante un mix de 50% de venta en el mercado formal y 50% en el contado con liquidación, que regía para la liquidación de exportaciones del agro y de economías regionales).

Con lo cual, banqueros y operadores siguen con necesidad de saber más respecto a cómo sigue la película. En todas las áreas del Gobierno destacan que estos son, apenas, los primeros pasos. Pasos preliminares de un programa de estabilización. O incluso previos. Apenas un reacomodamiento de precios relativos (dólar, combustibles, tarifas, etc.). Y luego el plan de estabilización.

IMÁN DE DIVISAS

El esquema actual, explican en pasillos oficiales, busca atraer dólares de inmediato. Los exportadores saben que la cotización no va a subir, en el corto plazo, mucho más. Y si la inflación va a ser del 20% mensual fente a 2% mensual de suba del billete que determina el Central, cuanto antes vendan sus divisas en el mercado formal mejor precio van a obtener. Y mejor resultado por colocarse a tasa de interés.

"Entiendo que el esquema está pensado para que liquiden dólares de forma rápida a fin de recomponer reservas y de ahí, quien sabe, ensayar algún tipo de unificación con espalda de reservas. Si tomamos que la liquidación de esta temporada (que es de trigo principalmente) no se extiende mucho más de mediados de enero, podría ser un horizonte. De febrero a abril no hay mucha liquidación, por lo que por más estímulo que se dé no va a entrar mucho", dijo a este medio Maximiliano Donzelli de IOL.

"En general, en la Argentina, inflación mayor a tasa, mayor a avance del tipo de cambio, tiene sentido para recomponer balanza de pagos (por ejemplo, post estallido de la convertibilidad) pero se necesita un tipo de cambio real alto. El tema acá es que la velocidad de inflación juega en contra por lo que no se puede hacer mucho. A un ritmo de inflación que se proyecta para los próximos 2 o 3 meses se vuelve al mismo tipo de cambio real que había el lunes previo a la corrección cambiaria. Por eso no lo veo de largo plazo sino como un un paso intermedio", agregó el especialista.

La tasa de interés, mientras tanto, todavía está por conocerse. Las temidas Leliq, de las que cada vez quedan menos, pagan 133% nominal anual (10,9% efectivo mensual) -y los plazos fijos que las siguen- no tienen forma de competir contra los 20 puntos de inflación estimados. Y en el Banco Central dejan saber que no hay subas de tasa esperadas para esos instrumentos. De hecho, más bien, el camino lo marcaron las otras herramientas de absorción monetaria del BCRA, los pases pasivos, cuyas tasas bajaron del 126% al 100% nominal a un día de plazo, en el tercer día de presidencia de Javier Milei.

La baja de tasas mandó una señal a los bancos: "Saquen su liquidez -que es la de sus depositantes- de los pases pasivos" en las que la colocaron cuando se supo que ganó Milei y que la "bomba" de Leliq desaparecería. Pero el jueves se completó el mensaje: cuando trataron de volver a Leliq y su tasa del 133% nominal anual, el Central les dijo no gracias. Tomó solo $2 de cada $10 que le ofrecieron los bancos. Apenas lo suficiente como para renovar lo que vencía ese día.

El resto, tendrá que ir a otro lado. Y, como quien no quiere la cosa, el Ministerio de Economía envió ese jueves un comunicado anunciando que el lunes se publicarán las condiciones de emisión de Letras del Tesoro a 30 días de plazo. Precisamente la categoría en la que compiten las Leliq. Nace el reemplazante de la deuda del BCRA que genera déficit cuasifiscal.

Hasta ahora sólo hay especulaciones. La licitación va a ser el próximo miércoles. Pero se entiende que el stock de pesos que estaba en Leliq debería ir a esas nuevas letras, ahora del Tesoro. En lugar de deuda del Central, será deuda del fisco. Y algunos operadores escucharon de voces del Gobierno -nada firme- que se estima una tasa del orden del 15% mensual (sería 185% nominal anual) para esos papeles. Una tasa enorme, en comparación, pero todavía debajo de la expectativa de inflación para un mes.

Ese sería el imán de dólares que pudo armar Caputo. En los primeros tres días le atrajo al BCRA USD 691 millones, con tres compras diarias en el mercado de cambios en el que, por ahora, no entra un sólo importador. Liquidaciones de exportadores que se apuran a entrar antes de que la inflación se coma la mejora del dólar y que el presidente de la entidad, Santiago Bausili compra dólar por dólar.

Todos dicen aprobar. Todos dicen confiar. Pero con cautela y mirando el muy corto plazo.

Los bancos, por ejemplo, se resignan. Para desarmar Leliq y atraer dólares, su rol va a ser el de suscribir esa deuda del Tesoro y ayudar a financiar al déficit. Pero el Tesoro es un emisor de deuda mucho menos amigable que el Banco Central. Un defaulteador serial, si se quiere. El Central nunca entró en default (lógico, si le falta plata, la imprime).

Según aclara el Gobierno, el Banco Central seguirá ahí, dispuesto a ayudarlos con compras inmediatas de esa Letras que van a empezar a empapelar sus balances (el "put" con el que el Central garantizaba un piso al precio de la deuda del Tesoro durante el Gobierno anterior se va a mantener) en caso de que tengan que venderlas. Compras para las que, llegado el caso, va a necesitar cometer el peor pecado para la nueva administración: emitir pesos.

Fuente: Infobae.