Opinión
POLÍTICA

La necesidad de auto interpelación del peronismo y la rediscusión de sus nuevos dirigentes

Las gestiones de gobierno peronistas caracterizadas por su disfuncionalidad, inconductas y corrupción han sido el mejor caldo de cultivo para que la ciudadanía dé un volantazo electoral.

Banderas del peronismo
Banderas del peronismo

Claudio Gareca por Claudio Gareca | 15-08-2024 21:03

Un peronismo en crisis, que le cuesta muchísimo clausurarla, lo que motiva que no pueda disputar la agenda pública en búsqueda de poder.

Un partido justicialista acostumbrado al pamperonismo, a una convocatoria amplia e integradora de sus soldados, no está pudiendo lograrlo. El caso Fernández - Yañez actúa como obturador o válvula de cierre para posibles acuerdos entre propios y para afuera, mucho más difícil.  

Esa imposibilidad de ordenarse hacia adentro no le permite tampoco construir alianzas externamente, situación que insta la necesidad de rediscutir nuevos liderazgos políticos, y bien diferenciados de los liderazgos anclados en la vieja política y en la vieja dirigencia. 

El caso Fernández - Yáñez, sumado a otros que ya venían poniendo en jaque a la vieja dirigencia, más las malas gestiones, el cambio de época, un pasado reciente (pandemia) muy negativo, vinieron a acelerar el proceso de cambios dirigenciales, en busca de liderazgos claros que encarnen una mejor sociedad. 

Las gestiones de gobierno peronistas caracterizadas por su disfuncionalidad, inconductas y corrupción han sido el mejor caldo de cultivo para que la ciudadanía dé un volantazo electoral optando por lo no tradicional y sí por los extremos. 

Hoy él peronismo está constreñido a entender y descifrar la realidad que se impone en pleno siglo XXI, a comprender las nuevas formas de hacer política y de interpretar a la política, a las nuevas demandas de la ciudadanía, a generar nuevos escenarios políticos y no ya los del pasado y a romper los viejos moldes sin temor a resetearse. 

Vale la pena citar aquí al pensador alemán Max Weber que, en su ensayo sobre La Política como profesión expresa lo siguiente: “La política se hace con la cabeza, no con otras partes del cuerpo o del alma. Sin embargo, la entrega a una causa sólo puede nacer y alimentarse en la pasión, para que no sea un frívolo juego intelectual sino una actitud auténticamente humana”.

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