Opinión

La política de contención social debe ser proporcional al ajuste económico

La batalla contra la pobreza implica, como primera medida, fortalecer la cobertura a los chicos.

Alejandro Cuellar - columna pobreza
Alejandro Cuellar - columna pobreza

Alejandro Cuellar por Alejandro Cuellar | 24-06-2024 13:00

La inflación crónica y la mala praxis de los gobiernos fallidos que actuaron desde el advenimiento de la democracia hasta la fecha sólo pueden mostrar como resultado de sus gestiones erráticas, este escenario inflacionario cuyas consecuencias son la espiralización de la pobreza y de la indigencia.

Los últimos datos de la encuesta del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA-UCA) son dramáticos. En materia de pobreza el indicador marcó 55,5% de pobres y 17,5% de indigentes. Estos porcentajes traducidos a personas hablan de 24,9 millones de argentinos en situación de pobreza y de otros 7,8 millones víctimas de la indigencia.

En Jujuy, la Unidad Ejecutora en Ciencias Sociales y Regionales y Humanidades del Conicet y la Universidad Nacional de Jujuy informaron que los resultados de un estudio sobre pobreza en 2023 determinaron que en la provincia hay 42,8% de hogares pobres y 10,9% de indigentes. La situación es preocupante en términos de expectativas de solución.

La Argentina está atravesada por tres elementos que obturan el camino hacia la prosperidad: la fragilidad, el conflicto y la violencia. Estas tres causas son las que impiden poner fin a la pobreza estructural Argentina. Este cuadro de situación ha profundizado los niveles de desigualdad, la falta de oportunidades y la exclusión disparando a niveles de injusticia inmanejables.

Cuarenta años de gestiones ineficaces de la dirigencia argentina en todos los niveles han contribuido a romper el contrato social entre los ciudadanos y el Estado. Cuatro décadas en donde se perdió la gran oportunidad de diseñar un sector privado local saludable y una capacidad “asombrosa” para dinamitar la fortaleza de las instituciones democráticas esenciales.

Parte de la esperanza para superar esta coyuntura es la pronta definición sobre la Ley Bases cuyo tratamiento en la Cámara de Diputados, se espera para el próximo jueves 27 de junio.

La norma viene a promover un nuevo ordenamiento jurídico de Argentina, respaldar la estabilidad macroeconómica y a facilitar la creación de nuevos empleos mediante oportunidades de nuevas inversiones. Naturalmente que todas estas acciones, requieren de un sólido compromiso con la justicia y el estado de derecho como garantes de la seguridad jurídica, requisito indispensable para cualquier inversor.

Sin embargo, todos son procesos que requieren su tiempo de implementación y consolidación. Para ello, se necesita montar una fenomenal red de contención social capaz de amortiguar la caída de miles de argentinos que como consecuencia de las medidas tomadas por el gobierno de Javier Milei se han quedado fuera del sistema.

El Presidente dijo que el ajuste de su gobierno es “el más grande de la historia de la humanidad”. Pues entonces, es de sentido común plantear que su política social de contención debería ser proporcional a la magnitud de las medidas tomadas. Esto no pasa. De hecho, las indefiniciones sobre el futuro de la ministra Sandra Pettovello, siembran dudas sobre la eficacia de sus políticas públicas en materia social, en medio de una feroz recesión económica, que paraliza las actividades de las empresas y con el agregado de las recientes recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), advirtiendo que el proceso será mucho más largo de lo que proyecta el Gobierno Nacional.

La batalla contra la pobreza implica, como primera medida, fortalecer la cobertura a los chicos y con mejores diseños para acompañar al núcleo familiar. Por otro lado, invertir en infraestructura para garantizar el acceso a los servicios básicos como la salud y la educación, procurando crear las condiciones para el desarrollo de las personas. En el campo laboral, sumar a los trabajadores informales e incluirlos en las trayectorias educativas con una mirada en la formación para el empleo.

Daron Acemoglu y James A. Robinson, autores del libro ¿Por qué fracasan los países?, citan con mucho rigor el caso del éxito económico de las naciones: “depende del desarrollo de sus instituciones, de las reglas que influyen en cómo funciona la economía y de los incentivos que motivan a las personas”.

El contexto para replicar estas experiencias es clave. Imposible de lograr mediante agravios o enfrentamientos. En este sentido, el escenario argentino hoy indudablemente no acompaña. Esperemos que esta nueva invitación de Javier Milei a la firma del Pacto de Mayo el próximo 9 de julio en Tucumán sea el comienzo del tránsito hacia la reconciliación nacional. De lo contrario, lo que veremos, será más pobreza y más desigualdad entre los argentinos.

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