Política
DÍAS CLAVES

A tres semanas de las elecciones, Milei no logra convencer al círculo rojo aunque mantiene la centralidad del debate

El candidato liberal busca reinventar su temperamento, que ya le trajo varios problemas en su pasado. Surgen dudas en el “plan platita” de Massa y Bullrich apuesta todo al debate.

Javier Milei
Javier Milei

Somos Jujuy por Somos Jujuy | 30-09-2023 09:29

El libertario se mueve como si la Presidencia fuera un hecho desde el 13 de agosto. En su construcción está también el imaginario sobre el derrotero de lo que vendrá y una nutrida mitología sobre “los costos de hacer lo que se debe”. Ni él ni su entorno piensan en otra opción al punto de que un grupo de empresarios influyentes, que suele conversar con los principales armadores técnicos de Milei, está azorado por tanta certeza de poder y tan poca preparación de equipos.

El círculo rojo empieza a dudar de Milei

“El algoritmo está totalmente centralizado en él”, dice un operador político peronista con los números en la mano y una ilusión: “Antes de las PASO, él concentraba el 60% de las conversaciones en redes con enorme mayoría de comentarios positivos. Ahora subió al 80%, o sea, todos hablan de él pero se divide a la mitad amor y odio”. La centralidad de Milei divide las aguas de la Argentina y es el mayor activo de campaña de Massa, que construye solo pensando en ser el anti Milei en un balotaje al que los dos buscan llegar juntos. Casi un delirio en un país con el 40.1% de pobreza, una inflación sin techo y con un 88% de la población insatisfecha sobre cómo marcha el país, según la última encuesta de opinión pública de la Universidad de San Andrés.

Alrededor de esta idea, con la incógnita de cuánto, cuándo y cómo podría sumar puntos Bullrich para cambiar la ecuación, se está organizando el círculo rojo, lleno de dudas, tentaciones y contradicciones con el proyecto Milei. Uno de los empresarios más influyentes del país se sincera: “hay una preocupación enorme con él, su carácter, su equipo, su capacidad de dar gobernabilidad. Pero también hay un montón de empresarios que están preocupados, pero lo votarán igual”.

La semana que viene sucederá el Coloquio de Idea en Mar del Plata, el encuentro anual de empresarios más top de la Argentina. Siempre con una impronta optimista sobre el país, este año la convocatoria se sube a la euforia mundialista y propone “volvámonos a ilusionar”. El slogan quedó golpeado. Esa frase la habían elegido a mitad de año donde el escenario de país que imaginaban era otro. Ahora el mensaje intentará ser positivo, pero debajo de la mesa hay miedo a las consecuencias del “plan platita” y a la gobernabilidad en un país que, gane quien gane, no tendrá garantizado nada: ni consenso, ni mayorías legislativas, ni solidez en su grupo político.

javier milei
javier milei

El año pasado, la estrella del coloquio había sido Patricia Bullrich, que agotó las entradas para la comida privada con empresarios que tuvo antes de disertar. Milei pasó por el mismo test y se vendieron bastantes cubiertos. Este año no hay almuerzos privados y circulaban algunas chicanas sobre quién vendería más si se hicieran, pero el libertario no va a ir. Al igual que en los programas de televisión, desde el episodio con Diego Sehinkman en TN, al plantón de esta semana al periodista de CNN, Milei se bajó de IDEA. Por tanta ausencia, las redes se llenaron de rumores sobre su estado de salud física y emocional. El candidato de LLA empieza a ver trampas y conspiraciones por todos lados.

El miércoles a las diez de la noche, mientras hacía tiempo para encontrarse con su novia, Fátima Flores, Milei se sentó a conversar en una estación de servicio con su amigo y politólogo, Santiago Caputo, sobre el devenir del debate. Está claro que en esa instancia, Milei intentará polarizar con Massa y se prepara para repetir el rol de su vice Villarruel en el debate de TN. El punto más frágil, lo saben todos, es su carácter.

Hay una historia guardada en la UADE sobre el temperamento inestable de Milei. Como economista, daba la última materia de la carrera, probablemente la más difícil en términos técnicos. Se llama Política Monetaria y Fiscal y los alumnos lo padecieron a niveles inolvidables. La anécdota sobre exámenes de 35 páginas que empezaban a las seis de la tarde y terminaban a las once de la noche, o la dificultad que le imprimía a las pruebas que muchas veces aprobaba uno o ninguno de los estudiantes, son apenas una liviandad. Su agresividad se volvió inestable y escaló a un punto que una alumna, que no quiere revelar su nombre en público, no soportó uno de sus insultos y lo terminó denunciando a las autoridades de la Facultad y del Ministerio de Educación. Ese fue el fin de su carrera como docente en la UADE. Silvia Caviola, la directora del departamento de Economía y Finanzas, tuvo que llamar de apuro a Ricardo López Murphy, también profesor de la Universidad, para reemplazar a Milei. Este antecedente, que sucedió hace diez años, circula como un secreto que ninguno de los que lo vivieron quiere revelar. No es lo mismo denunciar a un profesor violento que a un candidato a Presidente.

Massa y Milei
Massa y Milei

Su carácter es un desafío a superar para los que empiezan a rodearlo. Uno de sus potenciales ministros, con larga historia en la política, suele preocuparse por la dinámica de las cosas: “yo no lo llamo. Te tiene que hablar él y si lo contradecís, después tenés que esperar quince días para que le baje el enojo y poder volver a hablar”.

Bullrich busca fisuras en la personalidad de Milei

Juntos por el Cambio busca una fisura en esa debilidad. Largas conversaciones sobre el movimiento del péndulo en el dibujito animado del coyote suceden en sus reuniones. Para los que no se acuerdan, el coyote le lanzaba la bola de hierro como péndulo para atacar al correcaminos que estaba en el otro extremo. Cuando el péndulo llegaba a la punta, el correcaminos lo evitaba y volvía a toda velocidad hacia el Coyote que terminaba aplastado. La oposición se ilusiona con pararse en el medio de esos dos extremos y ser los artífices del frenado de esa bola de hierro.

Patricia Bullrich
Patricia Bullrich

En el medio de esta vorágine de hay un silencio insoportable sobre el estado social de nuestro país. Aún cuando se diga y se escriba, es difícil que una cifra represente lo cruel y estructural de esta realidad: el 56,2% de los chicos menores de 14 años es pobre y el 13,6% es indigente. Esta inmoralidad increíblemente no es un tema medular de las campañas de los principales candidatos. Se habla sin fin de los tres tercios en que se divide esta elección. Pero hay otros tres tercios que definen quiénes somos hoy y cómo estamos. Lo explicó esta semana Agustín Salvia, el científico que probablemente más sepa de nuestra injusta estructura social: “detrás de los datos de la pobreza está el persistente fracaso económico de una Argentina que sólo ofrece oportunidades de progreso al tercio superior de la pirámide social, al tiempo que se perpetúa la marginalidad en el tercio inferior, y se empuja hacia abajo al tercio intermedio, indefenso y vulnerable”.

“Hace 16 años que estoy con la ONG y nunca vi algo igual”, dice Matías Ronconi, director de Pequeños Pasos, una organización autosustentada de jóvenes que empezaron con un centro de nutrición en San Martín y se expandieron por el conurbano y el resto del país, tratando de contener una demanda imposible. Tienen talleres de oficios, de cocina, de nutrición, centros de infancia. No asisten, transforman. Pero Matías está desolado. “La gente viene a los talleres de cocina no tanto para aprender a cocinar, sino para llevarse algo para comer”.

debate
debate

El despacho de Figueroa

El presidente Alberto Fernandez convalidará el pliego de la jueza Ana María Figueroa que votó ayer el Senado y la devolverá un escritorio en la Cámara de Casación. El enredo que esta situación genera es infinito: la Corte ya la jubiló, los abogados de Cristina dirán que son nulos los fallos que reabrieron Hotesur-Los Sauces y Memorandum con Irán y empezará la batalla legal que tiene final escrito. Si ella continúa o no siendo jueza, será motivo de opinión del Consejo de la Magistratura y la Corte, pero la mayoría de dos jueces que alcanzaron para firmar los fallos contra CFK es un hecho que no puede cambiar. Eso lo sabían y comentaban anoche en los despachos más poderosos de la Casa Rosada.

Fuente: Todo Noticias